Cuando hablo de que la conexión con materiales naturales aporta un equilibrio energético, me refiero a cómo los tejidos provenientes de la naturaleza —como algodón, lino o lana— no solo interactúan físicamente con la piel del bebé, sino que también generan una sensación de armonía y calma a nivel sensorial y emocional.
- Sensación táctil: La suavidad y calidez de las fibras naturales estimula receptores en la piel que envían señales al sistema nervioso, ayudando a que el bebé se sienta contenido y seguro.
- Conexión con lo natural: Estar en contacto con materiales que provienen directamente de la naturaleza puede transmitir, de manera sutil, una sensación de equilibrio y tranquilidad, porque nuestro cuerpo percibe texturas y temperaturas que “resuenan” con nuestro entorno natural.
- Entorno armonioso: Esta combinación de seguridad física y estímulo sensorial contribuye a un espacio donde el bebé se siente protegido, relajado y emocionalmente equilibrado, lo que facilita el sueño, la calma y el bienestar general.
En pocas palabras: no es magia, sino la interacción entre lo físico, lo sensorial y lo emocional que genera un entorno seguro y armonioso para crecer. ⚖️🌾